“Como el musguito en la Piedra”

Patricia Iglesias, Joyera textil.

El arte de lo sutil, acudir a materiales simples, una imagen de lo frágil. 

Al repasar la canción de Violeta Parra “Volver a los 17”, lo contundente se envuelve, se enreda, brota. La piedra se conjuga, es base “fértil” de color, de pequeñas formas que desde lejos constituyen paisaje. La piedra pasa a ser un sinónimo de vida.

El trabajo activado desde “Y si las piedras…”me ha conducido a revisar mi trayectoria y cómo he ido uniendo y proyectando obras con sentido de propiedad, propiedad a mi historia personal, mi contexto y por sobre todo hacia donde me llevan mis manos. 

Lo textil cuando pienso que llega a un punto límite me sorprende en su versatilidad, en proporcionar respuestas a ideas y conceptos que parecen inabarcables, hay un tejido que une, que se presenta extenso, de camino lento, acá no hay nada que apresure, quizás me detenga por un tiempo para reiniciar más tarde, para deshacer – que también es una forma de tejer – finalmente para continuar.

Realizando la serie que presento, doy por entendido que las piedras tienen algo que decir, que cuentan con la paciencia suficiente para estar aquí y permitirme que desde mi hacer dialogue con ellas.

«La Rocaille»

Dominique Salles G., artista visual.

El desafio planteaba trabajar como concepto la piedra, la roca, “Y si las piedras…». ¿Cómo incorporar un elemento que jamás antes consideré para moldearlo a la temática y estética que caracteriza mi trabajo? Eso plantea un real desafío, vincular la piedra a la tradición familiar, al recuerdo. Esas ideas ocupaban mis pensamientos cuando miro por la ventana del taller, ahí es cuando todo parece tan lógico, mis jardines de piedra, mis «Rocallas», las que construyo como una forma de mantener la tradición familiar viva, tan recordados jardines del abuelo y la bisabuela, la jardinería ha traspasado generaciones como un interés muy marcado en la familia. 

La “Rocalla”, palabra proveniente del francés “Rocaille», constituyó un estilo ornamental de jardín muy de moda en la época de Luis XV y durante la regencia, caracterizado por el uso de rocas, piedras y conchillas, líneas redondeadas combinadas con distintas especies de flores y plantas aromáticas de uso culinario. 

«Rocaille» es una palabra utilizada extensamente en castellano como término artístico, que puede designar una forma de decoración de interiores o a un elemento de decoración de exterior en jardinería. Busca la asimetría, inspirado en el arte chino, imita los contornos irregulares. La palabra «Rocaille» junto a la «coquille» conforman la unión de conceptos que definen el término rococó o estilo Luis XV, propio de la primera mitad del siglo XVIII. 

Después de encontrar el sentido que tendrá la piedra en la obra, selecciono los elementos que conformarán este textil, fondos floreados de acuarela, fotografías familiares antiguas en los jardines, dibujos de volutas propias del rococó, palas, flores, plantas, carretilla, una guía práctica para hacer una rocalla, textos y bordados haciendo alusión al significado de la Rocaille como concepto general, texturas que van invadiendo el formato y contando la historia de la evolución de la obra desde la «piedra”, incorporándola, haciéndola propia, dándole un sentido y una estética nostálgica cargada de tradición y de historia. Contando la historia que siempre buscó relatar. 

«La soberbia de la piedra»

Claudia Wool, creadora textil.

Y la piedra rodó cuesta abajo con la ligereza de la cruel gravedad. Sus compañeras no pudieron ayudarla. Tampoco lo habrían hecho. La soberbia de la piedra más alta sólo las hacía sentir más pequeñas y sutiles.

Una vez abajo, la piedra aturdida entendió que no volvería a ocupar su trono. Sus siglos de grandeza habían terminado y debía aceptar su nuevo destino. La resiliencia no era lo suyo. Había sido testigo privilegiado de los acontecimientos más relevantes registrados en su territorio.

El viento era su mejor aliado. No sólo le transmitía el eco de las voces fieras y amables, también acarreaba a las nubes chismosas que le agregaban sazón. 

Pero la piedra no siempre había sido la más alta. Hubo un largo tiempo en el que no fue piedra, sino polvo. Era joven y etérea. Su espíritu libre apenas resistía la inconsistencia de su densidad. Pero ya en su madurez, descubrió su dureza y tomó conciencia de su potencialidad y descubrió la sabiduría en la contemplación.

La soberbia vino después. Después del poder, después de la elevación, de la grandeza, de la construcción, de la civilización, de la modernización. Quizás junto con la industrialización. Un poco antes del desprecio y el reemplazo de la piedra.

La serie de textiles que presento en esta muestra “Y si las piedras…” nos invita a reflexionar acerca de la potencialidad de la piedra y de cómo nos relacionamos con ella en cuanto al uso e importancia que le damos.

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